martes, 15 de enero de 2019

Los amantes de Ain Sakhri (por Alba Perez Romero)






Esta figura, de apenas 102 mm de altura y 340 gramos de peso, perteneciente a la cultura natufiense y realizada en calcita, fue hallada en la cueva de Ain Sakhri, cerca de Belén, en 1933, y desde 1958 forma parte de las colecciones del Museo Británico, entidad que incluso le dedicó un episodio en su serie "La historia del mundo en 100 objetos", en el año 2010. (1) Ella constituye la representación más antigua conocida de una pareja desnuda, sentada frente a frente, sus brazos y piernas entrelazadas en íntimo abrazo, haciendo el amor.

En 1933, el diplomático francés René Neuville (por entonces vicecónsul), y el eminente abate Henri Breuil (titular de la primera cátedra de prehistoria del Collège de France), quienes compartían la pasión por esta temática, fueron a visitar un pequeño museo en la ciudad de Belén. Al final del recorrido había un cofre en el que se habían recolectado un conjunto de artefactos procedentes de la zona, reunidos por sacerdotes franceses. Fue entre ese heterogéneo conjunto de elementos que Neuville encontró esta figura, la que llamó de inmediato su atención. Rastreó entonces la pieza y logró contactarse así con el beduino responsable del hallazgo, quien a su turno lo condujo a las cuevas de Ain Sakhri, en el Wadi Khareitun, en el desierto de Judea, cerca de Belén, y de donde la estatuilla recibió en adelante su denominación. El contexto arqueológico donde se la encontró indica que la misma no estaba asociada a un ritual funerario sino que constituía un objeto de tipo doméstico.

La estatuilla de Los amantes de Ain Sikhri se adscribe a la cultura epipaleolítica denominada “Natufiense”, que se desarrolló en el Próximo Oriente en la zona de las actuales Siria, Israel, Palestina, Jordania y Líbano, constituida por comunidades ya sedentarias de cazadores y recolectores especializados en gacelas y cereales (y de la evolución de cuyas prácticas surgiría la agricultura). En los yacimientos natufienses se han encontrado también las más antiguas evidencias arqueológicas de la domesticación del perro.

Pues bien, en este contexto, hace unos 11000 años (9000 antes de Cristo), manos humanas dieron forma a esta piedra y crearon una escultura sumamente singular. Pues no se trata solamente de dos amantes sin rostros que sin embargo percibimos como mirándose a los ojos, o de la imposibilidad de atribuir el sexo correspondiente a cada uno de ellos, sino que además –tal como señala el artista británico contemporáneo Marc Quinn-, si variamos el ángulo desde el cual la observamos, podemos percibir tanto la pareja completa como sus órganos sexuales en forma separada, lo cual remite en términos actuales a una especie de película en que podemos incluir planos generales o planos de detalle.  

Ahora bien, en definitiva, siguiendo al curador del Museo Británico Jill Cook, la ternura que emana de ella la hace comparable a las paradigmáticas parejas de Brancusi o de Rodin. 




Y concluye: “Ahora bien, el hecho de que veamos a los amantes de Ain Sakhri como una pieza de arte erótico, como una tierna expresión de amor hetero u homosexual, como un símbolo de fertilidad, o de masculinidad, o como una metáfora de la creación, depende de nuestro contexto y creencias. Pero mientras disfrutamos de la ingeniosa composición y la destreza artística, ciertamente estamos conectando nuestro presente con nuestro pasado más profundo y con un período de significativa transformación en la historia humana.

(1) La escultura de los amantes de Ain Sakhri fue adquirida por el Museo Británico en la subasta de los bienes de René Neuville realizada por Sotheby’s en 1958.