Alexei, el segundo zar de la dinastía Romanov, se había casado dos veces.
A su muerte, dos hijos varones de su primer matrimonio habían sobrevivido: Fyodor e Iván, así como varias hijas, entre ellas, la que nos interesa a efectos de este breve relato, Sofía. Y de su segundo matrimonio había nacido Pedro, así como otras dos mujeres.
Naturalmente, el trono le correspondió primero al hijo varón de mayor edad, Fyodor, que desafortunadamente murió con apenas 20 años de edad.
Ello desató todo un conflicto sucesorio ya que el siguiente en línea, Iván, tenía graves problemas de salud, tanto física cuanto mental.
Así pues, los boyardos se dividieron en dos bandos, esto es, quienes apoyaban a Iván como legítimo sucesor, hijo del primer matrimonio de Alexei Romanov, y quienes apoyaban a Pedro, siguiente hijo varón, nacido del segundo matrimonio, aunque apenas un niño de corta edad por entonces.
A su muerte, dos hijos varones de su primer matrimonio habían sobrevivido: Fyodor e Iván, así como varias hijas, entre ellas, la que nos interesa a efectos de este breve relato, Sofía. Y de su segundo matrimonio había nacido Pedro, así como otras dos mujeres.
Ello desató todo un conflicto sucesorio ya que el siguiente en línea, Iván, tenía graves problemas de salud, tanto física cuanto mental.
Así pues, los boyardos se dividieron en dos bandos, esto es, quienes apoyaban a Iván como legítimo sucesor, hijo del primer matrimonio de Alexei Romanov, y quienes apoyaban a Pedro, siguiente hijo varón, nacido del segundo matrimonio, aunque apenas un niño de corta edad por entonces.
Y en el medio, estaba Sofia.
En aquellos tiempos, las princesas rusas vivían vidas de aislamiento total. Ningún hombre ruso poseía rango suficiente para casarse con ellas y los candidatos extranjeros no calificaban por cuanto generalmente no compartían la fe ortodoxa. Asi que las tsarevnas solo dejaban el palacio para asistir a ceremonias y si lo hacían en carruajes, las cortinas iban cerradas y si iban a pie, eran también protegidas a su paso con cortinados que las cubrían de las miradas. Sus únicas opciones de entretenimiento eran columpiarse en los parques, pasear en trineo durante el invierno y asistir a funciones musicales en la propia corte, y solo se las educaba hasta los 10 años en lectura, escritura, aritmética y teología.
Pero Sofía había pedido a su padre continuar estudiando junto a su hermano Fyodor, y su heroína era una princesa bizantina que había gobernado como regente en representación de su hermano menor. Y teniendo en cuenta las limitaciones de su hermano para gobernar, el sueño de Sofia estaba a punto de hacerse realidad. El único peligro era que la balanza se inclinara hacia Pedro, con lo que ella quedaría inmediatamente excluida.
Pergeñó entonces con ayuda de los Streltsi, un cuerpo militar de elite de la época de Iván el Terrible, una revuelta, de resultas de la cual un numero significativo de boyardos partidarios de Pedro fueron asesinados, y como resultado final de la masacre se acordó que los tsarevich Ivan y Pedro serían coronados en simultáneo, designándose a Sofía como regente hasta la mayoría de edad de Pedro.
El doble trono que se fabricó para esta coronación, que además se hizo con una especie de ventanita oculta en el respaldo de modo que los consejeros pudieran susurrar sus instrucciones a los tsarevich de ser necesario, puede verse hoy en la Sala 7 de la Armería del Kremlin, en Moscú.
Por cierto, Pedro, este niño coronado en forma conjunta con su hermano mayor Iván, habrá de ser reinar, más adelante y ser recordado por la historia como "Pedro el Grande",