martes, 10 de enero de 2017

El tema de los impuestos en un fresco del primer Renacimiento. (por Alba Perez Romero)

En la capilla Brancacci de la iglesia de Santa María del Carmine en Florencia, el programa iconográfico incluye una obra peculiar, que es el "fresco del tributo", realizado por Masaccio. La temática puede tal vez vincularse con el hecho de que los Brancacci eran los banqueros papales.  






La obra representa tres momentos distintos, con San Pedro (de verde) representado tres veces y el cobrador (de rojo) dos veces. Se advierte asimismo que la arquitectura ha sido pintada con perspectiva lineal “a la Brunelleschi.”  La luz procede de la derecha, por la proyección de la sombra. 



La obra encierra un mensaje “tributario” explícito. En el centro se exige el tributo, mientras que a la izquierda Pedro saca el denario de un pez para poder pagar y a la derecha, paga.  Si bien la escena se corresponde con textos del evangelio, no es una temática popular en la pintura.

Observamos en la escena un conjunto de protagonistas y "actores de reparto". Las figuras rodean a Cristo a manera de ábside y las manos reflejan diversas actitudes y emociones. En Pedro las manos reflejan dos momentos, la negación y el rechazo primero y la obediencia después, cuando su mano se coloca en línea con la de Cristo. En el rostro de Pedro también aparecen dos expresiones: de enojo por un lado y de sumisión a las órdenes del Señor por la otra. Se trata de rostros reales, individuales. 


El único rostro que podríamos considerar idealizado es el de Juan, que evoca una cabeza griega.