lunes, 23 de enero de 2017

El elefantito de Bernini (por Alba Perez Romero)





















En Roma hay trece obeliscos, ocho de los cuales proceden del Antiguo Egipto. Detrás del Panteón, en la plaza de Santa Maria sopra Minerva se encuentra uno relativamente pequeño, traído desde Heliópolis en tiempos de Diocleciano y descubierto en 1655, que forma parte de un conjunto singular. En efecto, Bernini, a requerimiento del papa Alejandro VII, diseñó para este obelisco una base en forma de elefante, realizada posteriormente por su discípulo Ercole Ferrata. Por cierto responde esta obra al gusto barroco por la sorpresa y el efecto, así como por los contrastes (la forma viva del elefante sosteniendo la potente materia del obelisco, la textura del mármol y la del granito), pero además la obra encierra otro simbolismo. Pues el elefante es símbolo sapiencial y de erudición en numerosas culturas, y este rol metafórico queda explicitado en el texto de la base, donde explícitamente se asocia al elefante con la "mente robusta" que sostiene el obelisco como "sabiduría sólida". (se precisa una mente robusta para sostener una sabiduría sólida)

Un par de detalles curiosos: 
- En un principio, para realizar el monumento, se llevó adelante un concurso, en el que Bernini resultó triunfador frente a un padre dominico (encontrándose la sede de dicha orden en esta plaza). 
- Derrotado, el sacerdote en cuestión habría influido sobre la aprobación papal del diseño de Bernini, obligándolo a incluir un antiestético cubo para soportar el obelisco, que Bernini procuró disimular con el elaborado manto del paquidermo en cuestión. 
- En venganza, Bernini habría alterado la cola del animal, que en vez de caer verticalmente, ondula hacia un costado, y apunta nítidamente hacia el establecimiento de los dominicos, (ejem ...)