domingo, 29 de enero de 2017

La peluca de Sif, el barco de Freyr y la lanza de Odin (por Alba Perez Romero)


            Dentro de la mitología nórdica existe toda una serie de objetos mágicos creados por seres enanos, objetos cuya fabricación se ubica en el contexto de diversos relatos vinculados a la figura y personalidad del dios Loki, particularmente afecto a la broma y el engaño. 

Así, pues, en cierta ocasión, Loki le cortó a la diosa Sif sus largas trenzas rubias. Cuando el esposo de Sif, Thor, atrapó a Loki, este último prometió que los enanos resolverían el problema. Y así es como se dirigió a Nidavellir, morada de los enanos, y solicitó a un grupo de ellos (los hijos de Ivaldi),  la confección de una peluca de oro puro que creciera como cabello natural, como regalo para Sif. Estos mismos enanos también construyeron un barco y una lanza que Loki habría de obsequiar luego a los dioses  Freyr y Odín.

            El barco que Loki regaló a Freyr es el Skíðblaðnir. Este barco tenía dos cualidades mágicas: por un lado, toda vez que sus velas eran desplegadas los vientos eran favorables para llevarlo rectamente a destino, y además,  podía ser plegado como una servilleta para ser llevado en el bolsillo.  

            Finalmente, la lanza Gungnir, regalo para Odín, tenía la cualidad de dar infaliblemente en su blanco. El símbolo consignado en la imagen, conocido como Ygrgugnir (lanza terrible).  representa la lanza Gungnir del dios Odin. Este símbolo solía marcarse o  tallarse en la punta de las lanzas y venablos (lanzas pequeñas) de los guerreros para hacerlas infalibles a la manera de la lanza Gungnir de Odin. 



       













     


jueves, 26 de enero de 2017

Un escarabajo meteórico para Tutankhamon (por Alba Perez Romero)

Entre los miles de objetos del Museo del Cairo, un pectoral de Tutankhamon atrae particularmente la atención. En efecto, en el centro del collar se encuentra una figura de escarabajo, representativa de Khepri, el sol de la mañana. Esta figura está tallada en un vidrio de coloración amarillenta verdosa, cuya datación se remonta sin embargo a épocas muy anteriores al inicio mismo de la civilización egipcia. Y cuando decimos "muy anteriores" hablamos de "realmente muy anteriores", digamos ... unos 30 millones de años. De dónde proviene este vidrio?


Ciertamente, el vidrio como tal no es un producto exclusivamente humano. Tal vez su forma natural más conocida sea la obsidiana, lava volcánica vitrificada, utilizada desde los albores de la civilización para la fabricación de objetos cortantes y puntas de lanzas y flechas (y hoy en herramientas quirúrgicas de altísima precisión) 
Pero hay otras dos formas "naturales" de vidrio. Una de ellas es la denominada "fulgurita" o "electricidad petrificada", que se produce como efecto de un rayo, y se presenta en forma de tubos de vidrio hueco, de exterior rugoso, a veces ramificados. 


Y la otra es la tectita, producto de impactos meteóricos sobre la superficie terrestre. En todos los casos, el proceso de fusión que ha dado lugar a la formación vítrea ha sido posible dadas las altísimas temperaturas generadas por tales fenómenos (erupción volcánica, rayos, impactos meteóricos) sobre la arena.  

Es entonces el escarabajo del pectoral de Tutankhamon una tectita? Pues sí. Existe en el desierto del Sahara una amplia zona de distribución de formaciones vítreas. Se ha estimado que unas mil toneladas de trozos de vidrio de altísima pureza, algunos de hasta 26 kilos de peso, se encuentran dispersas en el desierto, a lo largo de cientos de kilómetros de extensión. 


    
Y si bien no se ha encontrado (aún) un cráter, (a la manera de lo ocurrido en Tunguska, en Siberia), ello no invalida la hipótesis, ya que -tal como ha ocurrido recientemente en el planeta Júpiter- la explosión pudo perfectamente haber ocurrido en la atmósfera (sin impacto material contra la superficie).  

Como mineraloide, el "vidrio líbico" recibe el nombre de "lechatelierita", en honor al químico francés Le Chatelier.  










lunes, 23 de enero de 2017

El elefantito de Bernini (por Alba Perez Romero)





















En Roma hay trece obeliscos, ocho de los cuales proceden del Antiguo Egipto. Detrás del Panteón, en la plaza de Santa Maria sopra Minerva se encuentra uno relativamente pequeño, traído desde Heliópolis en tiempos de Diocleciano y descubierto en 1655, que forma parte de un conjunto singular. En efecto, Bernini, a requerimiento del papa Alejandro VII, diseñó para este obelisco una base en forma de elefante, realizada posteriormente por su discípulo Ercole Ferrata. Por cierto responde esta obra al gusto barroco por la sorpresa y el efecto, así como por los contrastes (la forma viva del elefante sosteniendo la potente materia del obelisco, la textura del mármol y la del granito), pero además la obra encierra otro simbolismo. Pues el elefante es símbolo sapiencial y de erudición en numerosas culturas, y este rol metafórico queda explicitado en el texto de la base, donde explícitamente se asocia al elefante con la "mente robusta" que sostiene el obelisco como "sabiduría sólida". (se precisa una mente robusta para sostener una sabiduría sólida)

Un par de detalles curiosos: 
- En un principio, para realizar el monumento, se llevó adelante un concurso, en el que Bernini resultó triunfador frente a un padre dominico (encontrándose la sede de dicha orden en esta plaza). 
- Derrotado, el sacerdote en cuestión habría influido sobre la aprobación papal del diseño de Bernini, obligándolo a incluir un antiestético cubo para soportar el obelisco, que Bernini procuró disimular con el elaborado manto del paquidermo en cuestión. 
- En venganza, Bernini habría alterado la cola del animal, que en vez de caer verticalmente, ondula hacia un costado, y apunta nítidamente hacia el establecimiento de los dominicos, (ejem ...) 



jueves, 19 de enero de 2017

Capiteles de tabaco y maíz en el Capitolio. (por Alba Perez Romero)


Cuando pensamos en capiteles, tal vez las formas que más inmediatamente nos vienen a la mente sean las de los capiteles griegos y romanos: los órdenes dórico, jónico, corintio ... tal vez el toscano, o el compuesto. 




O bien los egipcios: lotiformes, papiriformes, hathoricos ... 


Pero hay unos capiteles sumamente interesantes que constitiyen el tema de este artículo: se trata de unos capiteles con forma de hojas de tabaco y mazorcas de maíz. 

Obviamente, tratándose de dos productos netamente americanos, es lógico que tales capiteles se encuentren en América. Y así es. En América del Norte, y más precisamente en la rotonda y el vestíbulo del senado, en el Capitolio de los Estados Unidos. Su creador? Benjamin H. Latrobe, un arquitecto e ingeniero civil de origen británico, que a los 30 años emigró a los Estados Unidos, donde -entre otras obras- realizó la Penitenciaría Estatal de Richmond, el Banco de Pensilvania en Filadelfia y la Basílica de Baltimore. 





lunes, 16 de enero de 2017

Qué es el síndrome de Stendhal? (por Alba Perez Romero)



En 1817, el autor francés conocido como Stendhal (seudónimo de Henri-Marie Beyle) relató en su libro "Nápoles y Florencia: Un viaje de Milán a Reggio" una experiencia peculiar. Cuenta que durante su visita a la basílica de la Santa Cruz, en Florencia, experimentó una serie de emociones tales que en determinado momento sintió palpitaciones, sensación de desvanecimiento, confusión. Y no se debía a las hordas de turistas que se aglomeraban en el lugar (por entonces no existía tal cosa), sino a la profunda e intensa emoción experimentada ante los estímulos artísticos del lugar y de toda la ciudad. 

Así pues, el síndrome de Stendhal, también denominado síndrome de Florencia, se encuentra íntimamente ligado a las vivencias que proporciona esta ciudad, incluyendo cierta dosis de riesgo para la psiquis de personas altamente sensibles ante las obras artísticas como las que se exhiben en inusual calidad y cantidad en esta ciudad, aunque también se han reportado casos en Ravenna y en Jerusalén. 
Quien ha estudiado más profundamente este peculiar fenómeno es la psiquiatra Graziella Magherini, que en 1979 lo caracterizó como un síndrome, habiendo observado y descripto más de cien casos similares, particularmente entre visitantes de la Galeria degli Uffizzi. La autora, presidente de la International Association for Art and Psychology, publicó sus conclusiones en el libro  «La sindrome di Stendhal. Il malessere del viaggiatore di fronte alla grandezza dell'arte» (El síndrome de Stendhal. El malestar del viajero frente a la grandeza del arte).


viernes, 13 de enero de 2017

Almenas güelfas y gibelinas. (por Alba Perez Romero)

Las almenas son elementos arquitectónicos típicos de las edificaciones militares medievales y consisten en estructuras salientes dispuestas a intervalos regulares sobre los muros perimetrales, con funciones defensivas. 
En la Italia de la Baja Edad Media, además, el formato de las almenas se constituyó como un signo de orientación política. Así pues, en el marco del conflicto entre güelfos y gibelinos -esto es, entre quienes apoyaban respectivamente a las casas de Baviera o de Hohenstaufen dentro del Sacro Imperio Romano Germánico- las almenas rectas indicaban la pertenencia al grupo de los güelfos, mientras que las gibelinas tenían forma de cola de golondrina. 








martes, 10 de enero de 2017

El tema de los impuestos en un fresco del primer Renacimiento. (por Alba Perez Romero)

En la capilla Brancacci de la iglesia de Santa María del Carmine en Florencia, el programa iconográfico incluye una obra peculiar, que es el "fresco del tributo", realizado por Masaccio. La temática puede tal vez vincularse con el hecho de que los Brancacci eran los banqueros papales.  






La obra representa tres momentos distintos, con San Pedro (de verde) representado tres veces y el cobrador (de rojo) dos veces. Se advierte asimismo que la arquitectura ha sido pintada con perspectiva lineal “a la Brunelleschi.”  La luz procede de la derecha, por la proyección de la sombra. 



La obra encierra un mensaje “tributario” explícito. En el centro se exige el tributo, mientras que a la izquierda Pedro saca el denario de un pez para poder pagar y a la derecha, paga.  Si bien la escena se corresponde con textos del evangelio, no es una temática popular en la pintura.

Observamos en la escena un conjunto de protagonistas y "actores de reparto". Las figuras rodean a Cristo a manera de ábside y las manos reflejan diversas actitudes y emociones. En Pedro las manos reflejan dos momentos, la negación y el rechazo primero y la obediencia después, cuando su mano se coloca en línea con la de Cristo. En el rostro de Pedro también aparecen dos expresiones: de enojo por un lado y de sumisión a las órdenes del Señor por la otra. Se trata de rostros reales, individuales. 


El único rostro que podríamos considerar idealizado es el de Juan, que evoca una cabeza griega.





sábado, 7 de enero de 2017

Place de la Concorde, dioses, ingeniería y unos babuinos impúdicos.(por Alba Perez Romero)




Realizado en granito rosa de Asuán, el obelisco de Place de la Concorde es uno de dos obeliscos donados a Francia en 1828.  (El segundo quedó en Egipto, teóricamente como “propiedad de Francia” hasta que en la década de 1990 François Mitterrand dispensó a Egipto definitivamente de su envío).

Este obelisco, erigido por orden de Ramsés II en el siglo XIII antes de Cristo, ornaba junto a su par la entrada del templo de Amón en Luxor. Por eso una de las escenas en relieve, ubicada en lo alto, cerca del piramidión, muestra al monarca en actitud de presentar una ofrenda al dios Amón, divinidad ésta última fácilmente reconocible por su peculiar tocado de dos plumas.

En 1831 el obelisco fue quitado de su ubicación milenaria, encerrado en un cofre de madera y volcado horizontalmente para su traslado. En una embarcación de fondo plano especialmente concebida debió esperar entonces la crecida del Nilo para finalmente partir rumbo al Mediterráneo, por donde fue remolcado hasta Francia. Louis Philippe, ansioso por poner fin a las polémicas ligadas al valor simbólico de la plaza, en la cual habían tenido lugar las siniestras ejecuciones de la época del Terror, resolvió colocar en ella el obelisco, dado que su forma neutra no evocaría ningún acontecimiento político particular. 

El pedestal contiene en su base dos textos relativos al evento (uno de ellos en latín, donde se refiere a Louis Philippe como Ludovicus Philippus I, Francorum Rex), y dos gráficos que representan en forma de diagrama el proceso y las maquinarias usadas para el traslado del monumento y su reinstalación en Paris.


      
Una serie de babuinos adoradores del sol que estaban originariamente en la base del obelisco fue juzgada impúdica para su exhibición pública y convenientemente derivada a la sección de colecciones egipcias del Museo del Louvre. Entre los babuinos, los nombres de nacimiento y de coronación, alternados, de Ramsés II.



El obelisco carecía de su piramidión original, probablemente robado ya en la antigüedad. En 1998, el gobierno de Francia añadió un piramidión bañado en oro, dorado a la hoja.





jueves, 5 de enero de 2017

Los secretos del cielo de la Capilla Pazzi y la Sacristía Vieja de Florencia. (por Alba Perez Romero)



           



















            La construcción de la Basílica de San Lorenzo en Florencia fue encargada por Cosme de Médici a Filippo Brunelleschi. Y si bien es sin dudas la sacristía nueva, diseñada por Miguel Angel, la que atrae a la mayor parte de los turistas, es la sacristía vieja, obra del propio Brunelleschi, la que encierra la mayor intriga. 





En efecto, es en esta sacristía, y más específicamente sobre el altar, que nos encontramos con una pequeña cúpula decorada con una esfera celeste que -lejos de exhibir una serie puramente artística de astros al azar- representa el aspecto exacto del cielo en un momento determinado de la historia. Pero cuál es ese momento?




Diversos historiadores, a partir de estudios astronómicos, han sugerido distintas hipótesis: Para Aby Warburg, el primero en llamar la atención al respecto, hacia 1911, la cúpula representaría el cielo de Florencia a la fecha de consagración del templo, el 9 de julio de 1422. Pero la historiadora Gertrud Bing, señaló después que había un fresco casi idéntico en la Capilla Pazzi, también en Florencia, capilla cuya construcción ni siquiera se había iniciado por entonces. y sugirió la fecha del 6 de julio de 1439. 





A idéntica conclusión arribó en 1981 otra historiadora, Patricia Fortini Brown. La fecha correspondería a las reuniones del Concilio de Florencia (o más propiamente del de Basilea-Ferrara-Florencia, en alusión a las tres ciudades sucesivas en que tuvo lugar)

El tema parecía resuelto, pero en 1986 la restauradora Isabella Lapi Ballerini descubrió en la pintura otras “estrellas", que resultaron ser los planetas Venus, Júpiter y Mercurio. Su descubrimiento permitió a los astrónomos realizar un cálculo mucho más preciso y ahora sí los resultados parecen incuestionables: la pintura representa el firmamento visible sobre Florencia en la mañana del 4 de julio de 1442. 




Sin embargo, resuelto el interrogante de la fecha, queda por definir qué evento se pretendía conmemorar. La restauradora sugiere que, posiblemente, los frescos "gemelos" de la Sacristía Vieja y la Capilla Pazzi sirvieron para conmemorar la llegada a Florencia de un importante personaje, René de Anjou.

                 En todo caso, aunque la cuestión parece resistirse a develar todas sus claves, los frescos de la Sagrestia Vecchia y de la Capilla Pazzi, con sus sugerentes mapas celestes, son un magnífico ejemplo de la fusión entre arte y astronomía/astrología que tanta relevancia llegó a tener en el Renacimiento.