He aquí un enorme retrato
(realmente enorme, tiene más de 2 metros de ancho por casi 3 de alto) realizado
por Thomas Lawrence en 1821, con motivo de la coronación de Jorge IV del Reino
Unido y de Hannover.
Sin duda, uno de
los elementos que más llama la atención es la profusión de collares que porta el
retratado. En efecto, se trata de cuatro grandes condecoraciones, dos de ellas
de origen inglés, una propiamente "hannoveriana" y una última de origen borgoñón.
Las inglesas: son la orden
de la Jarretera (Order of the Garter), la más antigua, creada en 1348 por
Edward III,
y la del Baño (Order of the Bath) cuyo extraño nombre remite a los rituales de purificación del cuerpo y el alma que atravesaban los candidatos antes de ser armados caballeros en tiempos medievales, en este caso creada en 1725 por Jorge I.
La “hannoveriana” es la
Real Orden Güelfa, que había sido creada por el propio modelo del retrato. En efecto, Hannover había sido
un principado en la época del Sacro Imperio, había ascendido a la categoría de
electorado en 1708 y como consecuencia del Congreso de Viena de 1815 se había finalmente convertido en reino, del cual Jorge era entonces Príncipe y como tal había instituido
esta condecoración.
Por último, la “borgoñona”,
la famosísima Orden del Vellocino de Oro, creada en 1430 por Felipe de Borgoña,
y cuya imagen remite al mito griego de Jasón y los Argonautas, orden dividida
luego en dos ramas dinásticas, la española y la austríaca.
Todo eso tiene puesto Jorge IV en este retrato de coronación, perteneciente a la Royal Collection y que hoy se
encuentra en el Salón del Trono del Palacio de St James, en Londres.