lunes, 29 de julio de 2019

Axedrez, dados e tablas (por Alba Perez Romero)


Hay tres tipos de juegos: los de habilidad como el ajedrez, los de azar como los dados y los que combinan ambos, como el backgammon. Ellos representan -tal como argumenta el “prólogo sapiencial" del “LIbro de los Juegos“ de Alfonso el Sabio- "el seso, la ventura y la cordura”.  

Tal la perspectiva con la que el entonces rey de Castilla, Galicia y León comisionó a su Scriptorium la realización del Libro de los Juegos, o más propiamente, de “AXEDREZ, DADOS E TABLAS” de 1283, una de las joyas que alberga la BIblioteca del Monasterio de El Escorial. (Una copia de fecha posterior se encuentra asimismo en la Biblioteca de la Real Academia de Historia, en Madrid)


El libro, redactado pues en lengua vulgar (o sea, en castellano y no en latín),  consta de casi 100 páginas de pergamino maravillosamente ilustradas (o mejor dicho, "miniadas", término que alude al empleo de "minio", rojo de óxido de cobre, para su pintura y de donde deriva la expresión “miniatura”), obra que resulta un magnífico compendio de temática "lúdica" distribuido en varias secciones cuidadosamente organizadas. Bueno, no varias. Siete, número por el que Alfonso tenia una predilección especial.
Aquí lo vemos dictando la obra y en la imagen siguiente, tres monjes trabajando en ella.  



Amén de las figuras del rey dictando y los monjes escribiendo e iluminando los textos, cada sección contiene una referencia e ilustración sobre la fabricación de tableros y piezas, seguida por la descripción del juego. 

En orden, las ilustraciones muestran la confección de tableros y piezas de ajedrez, de dados y de juegos de backgammon.  




El primero, el Libro del Ajedrez, es el más importante, seguido por el Libro de los Dados, y éste seguido a su vez por el libro de las “Mesas”, que describe 15 juegos diferentes, entre los cuales se ubica el “Todas Tablas”, antecesor directo del backgammon.  


Los 103 "problemas" planteados en el libro de Ajedrez son particularmente interesantes, ya que se presentan bajo perspectivas de “vista aérea”, con los jugadores retratados contra unos impresionantes fondos azules, en interiores y exteriores, en tiendas o bajo arcadas de estilo gótico o mudéjar. Además, todo un catálogo de moda medieval se exhibe en dichas ilustraciones, que incluyen diversas etnias y confesiones: cristianos, musulmanes y judíos.











A esas tres secciones principales se añaden luego un Libro de los Juegos Grandes, un Libro de Juegos para cuatro Jugadores, el Libro del “alquerque” (conocido también como juego del Molino o Morris, Mills and Merels), representado en la imagen, y por último un Libro de Juegos Astrológicos.  


Entre los elementos más curiosos de estos libros, señalamos por ejemplo ciertas variantes del ajedrez, como un Ajedrez Decimal (en el que se añade una figura de juez entre las del caballo y el alfil),  el Gran Ajedrez, (en que cada jugador tiene, además de doce peones, otras doce figuras: un rey, un grifo, dos cocodrilos, dos jirafas, dos rinocerontes o unicornios, dos leones y dos torres)


o el Ajedrez de los cuatro tiempos o estaciones (en que el tablero se distribuye entre figuras verdes, rojas, blancas y negras, representativas no solo de las estaciones, sino también de los elementos y los "humores)


Por último, bajo el titulo de “Ajedrez astronómico” se encuentra un juego para siete jugadores, con piezas representativas del sol, la luna, y cinco planetas, y un dado especial de siete lados, sobre un tablero de siete círculos concéntricos divididos radialmente en 12 áreas -cada una asociada con una constelación-, en que las ganancias y pérdidas se definen por la posición de las piezas bajo los criterios astrológicos de conjunción, oposición o cuadratura.