viernes, 19 de abril de 2019

Golosinas provenzales (por Alba Perez Romero)


Lo que se dice, un post “dulce”. El tema: las golosinas provenzales.

Aix-en-Provence, Marseille, Avignon, Carpentras. Cada una de estas cuatro localidades tiene una golosina “típica” y original.

Comenzando por Aix-en-Provence, encontramos aquí los “Calissons”, golosinas de forma almendrada con una textura similar al mazapán, pero con sabor a melón. La leyenda remonta su creación a mediados del siglo XV, en ocasión del segundo matrimonio del Rey René de Anjou, y derivan su nombre de la palabra “câlin”, susceptible de traducirse como “abrazo cariñoso” (en este caso del rey hacia su novia, un par de décadas menor …” )





Tal es la importancia de esta golosina “histórica” en Aix-en-Provence que todos los años tiene lugar una ceremonia de “Bendición de los calissons”, amenizada con danzas folklóricas, y por supuesto, distribución de estas golosinas entre los asistentes.


En Marseille encontramos dos golosinas características: navettes y esperantines.

Las navettes (“botecitos”) se fabrican tradicionalmente en sabor naranja y tienen forma de bote, asociándose dicha forma a la llegada por mar a las costas francesas de María, Marta y Magdalena.





Las esperantines, por su parte, constituyen una creación reciente. Ideadas para la celebración de los 2600 años de la fundación de la ciudad de Marseille, en el año 2000, estas golosinas, cuyo diseño evoca el olivo, árbol emblemático del Mediterráneo y símbolo de paz, combinan el sabor del chocolate con el del aceite de oliva.

En Avignon, y obviamente en referencia al período en que el Papado residió en la ciudad, encontramos finalmente, Papalines y Berlingots.

Las Papalines, creadas en 1960 por maestros pasteleros de Vaucluse, son fácilmente identificables por su notorio color rosa chicle fosforescente. Están rellenas de un licor especial cuya receta se remonta a 1870, aromatizado al orégano, combinado con otras 60 plantas, y azucarado con miel de la Provenza, 





Por ultimo, los Berlingots de Carpentras (al noreste de Avignon) son caramelos duros y translúcidos, confeccionados a base de jarabe de frutas confitadas que se presentan en forma de pequeños polígonos coloridos con estrías blancas. Estos también son caramelos históricos, ya que habrían sido inventados a principios del siglo XIV por uno de los cocineros del papa Clemente V. El nombre real, apocopado, de este Papa, Bertrand de Got, habría derivado en el atribuido al caramelo, “berlingot”.


La confitería de Mont Vetoux, en Carpentras, ofrece a los visitantes un pequeño museo del berlingot, que traza la historia de esta golosina.