En el 221b de Baker Street, una remarcable casa victoriana reproduce la residencia de Sherlock Holmes, el mítico personaje de Arthur Conan Doyle, y de su omnipresente compañero de aventuras, James Watson.
Ya los exactos 17 escalones de la entrada nos remiten a un mundo de ficción.
En el primer piso, con sus grandes ventanales y su acogedora chimenea, una magnífica recreación del estudio alberga una fascinante colección de objetos que invitan a recordar cada uno de sus relatos. En el segundo, los dormitorios de Holmes y de Watson nos remiten a través de sus objetos a sus diversas personalidades y pasatiempos. A la salida, no olvide retirar la tarjeta personal del detective … por si acaso.