Esta obra representa el nacimiento de la Virgen María por Jacob Cornelisz van Oostsanen (Oostsanen, 1470 – Amsterdam, 1533). Se trata de un óleo sobre tabla en el que aparecen varios grupos de mujeres atendiendo a la madre (Ana) y a su bebé (María) inmediatamente después del nacimiento. En una escena interior plena de personajes, el autor nos permite conocer las características de la indumentaria femenina de la época.
En cuanto a la cabellera, como en la época era considerada indecorosa su exhibición, puede observarse que las mujeres solían llevar el cabello largo de modo de poder recogérselo en trenzas que luego escondían bajo pañuelos o velos. Por lo demás, las cabelleras rubias eran especialmente apreciadas y se acudía a diversos procedimientos para obtener esa tonalidad (básicamente, exposición al sol o tratamientos con henna).
El colorido de la ropa era asimismo un claro indicador de posición social, ya que sólo las mujeres de los sectores más acomodados podían acceder a textiles que hubieran sido procesados con tintura. Por lo que mientras las mujeres de entornos más modestos lucían tonos naturales y ocres, por otro lado se exhibían coloridos tonos de verdes, rojos o azules. Las telas, naturalmente, eran también diferentes. Lanas y linos para los sectores de menores recursos y sedas y terciopelos para los económicamente más desahogados.
En cuanto a los diseños, poco a poco se fueron profundizando los escotes y enfatizando las cinturas.