Tal vez sea el de Simonetta uno de los rostros más admirados en la historia del arte, particularmente en la obra de Sandro Botticcelli. Ella es Venus en El nacimiento de Venus, es Flora en La Alegoría de la Primavera, es Atenea dominando al Centauro, es María en la Virgen de la granada ... y es, Simonetta.
Simonetta murió muy joven, con apenas 23 años, pero su rostro continuó inspirando a Botticcelli hasta la obsesión. A su muerte, pidió ser sepultado junto a ella. Su tumba, marcada por un disco de mármol blanco, se encuentra en una capilla del transepto de la derecha en la Iglesia de Ognissanti, de Florencia.